“Si amamos a Dios sobre todas las cosas, inmolémonos por Él. Si amamos al prójimo como a nosotros mismos, démosle la Fe, nuestro mayor Tesoro” – Plinio Corrêa de Oliveira
Página Mariana
Nuestra Señora del Milagro de Lima
Hoy ponemos al alcance del lector uno de los más notables hechos de la epopeya evangelizadora, la historia de la piadosa imagen de la Inmaculada Concepción que se venera en una capilla contigua a la iglesia de San Francisco, bajo la advocación de Nuestra Señora del Milagro de Lima.
El Padrenuestro: La oración por excelencia (1ª parte)
El Padrenuestro es la oración vocal más excelente porque la compuso y enseñó el mismo Jesucristo; encierra con claridad y en pocas palabras cuanto podemos esperar de Dios y es la regla y modelo de todas las demás oraciones.
María y la vida pública de Jesús
Nada hay de extraño en que un hijo no llame a su madre por su nombre propio, pero lo haga, como todos lo hacemos, ¡simplemente por el dulcísimo nombre de madre! Razón más que natural para que Jesús se acomodase al uso general y tal hecho se haya reflejado en los relatos evangélicos.
Estirpes Familiares III
Este es el misterio del que nos habla muchas veces la Sagrada Escritura: familias que son llamadas a una cierta misión, la rehúsan y salen del escenario histórico; otras que corresponden a la gracia, comienzan a florecer y Dios hace nacer en ellas hombres inteligentes, capaces, ilustres.
La Catedral
Hagamos una pausa en las correrías de nuestros atolondrados días. Olvidémonos por algunos minutos del trabajo, de las preocupaciones que nos asaltan, y realicemos una visita a una catedral medieval.
San Alberto Magno
Santo dominico, llamado Doctor universal, gran sabio, teólogo y filósofo, predicador de una cruzada, fue eximio profesor en La Sorbona de París, el más famoso centro universitario de la época.
+536, d.C. Constantinopla. Electo ya anciano para la Sede de Pedro, murió en Constantinopla, donde intentó convencer al emperador Justiniano a no invadir Italia y a remover a su patriarca monofisita de la Sede de Constantinopla. Herejía influyente en aquella época, el monofisismo negaba que en Nuestro Señor Jesucristo hubiese dos naturalezas, la divina y la humana.