Estoy seguro que Ud. se indignaría como yo, rechazando los embustes de su interlocutor.
Pero quizás juzgaría que esas falacias son argumentos de alguna nueva secta anticatólica, sin la menor importancia ni trascendencia.
* * *
La verdad, sin embargo, es otra:
Si Ud. ya ha oído hablar de la novela o de la película El Código Da Vinci, me dará la razón.
Porque hoy, esos mismos errores y blasfemias se están difundiendo mundialmente en esa pésima obra anticatólica de Dan Brown, objeto de una torrencial propaganda en la TV, radio, internet, periódicos, librerías, supermercados y hasta en la calle. ¡Está en todas partes!
Pareciera que el infierno entero se hubiera juntado con todos los enemigos de la Iglesia en la tierra para producir esa avalancha publicitaria.
Son millones de libros vendidos de una novela que se ensaña brutalmente contra Nuestro Señor y la Iglesia Católica, pero bajo la apariencia inofensiva de una pieza de ficción, precisamente para envenenar más arteramente las almas.
Durante el oficio del último Viernes Santo en Roma, presidido por el Papa Benedicto XVI, el predicador de la Casa Pontificia —aludiendo a El Código Da Vinci y a un evangelio atribuido a Judas— dijo categóricamente:
“Hoy hábiles manipuladores de la verdad siguen vendiendo a Cristo a editores y libreros no por 30 denarios sino por miles de millones de dólares”.
¡No debemos permanecer en silencio cuando es atacada nuestra Fe! Precisamente para defenderla, acaba de publicarse:
120 págs. 14.5 cm. x 20.5 cm., en papel couché