El Perú necesita de Fátima ¿Y tú sufres mucho? No te desanimes. Yo nunca te dejaré. Mi Corazón Inmaculado será tu refugio y el camino que te conducirá hasta Dios.
CampañasTienda VirtualTesoros de la FeDonaciones



«Tesoros de la Fe» Nº 148 > Tema “Nobleza y Élites Análogas”

Plinio Corrêa de Oliveira  [+]  Versión Imprimible
AbcAbcAbc

Profesores universitarios, comerciantes y plebeyos podían acceder a la nobleza

La nobleza no constituye una clase cerrada como las castas hindúes, al contrario, está siempre abierta a plebeyos que, por sus cualidades y méritos excepcionales, trasciendan su extracción social


Plinio Corrêa De Oliveira

Como vimos anteriormente* existen muchas razones por las cuales un individuo, una familia o un conjunto de familias, por la gradual ascensión en la escala social, podían llegar a ser nobles al cabo de algunas generaciones. Era lo que ocurría con las élites tradicionales.

Ya vimos también, aunque muy rápidamente, que una de las élites que fácilmente podía ascender a la nobleza era la clase de los profesores universitarios.

Salón de Actos de la Universidad de Coímbra, Portugal

Realmente, el acto de enseñar exige más que simplemente conocer. Pues enseñar consiste no apenas en tener un conocimiento excelente de cierta materia, sino también el ser capaz de transmitirla de manera adecuada y hasta brillante, por medio de las cualidades de orden didáctico que el profesor debe poseer. Lo cual es una excelencia del espíritu humano.

En el orden intelectual, la condición de profesor universitario debería ser —lamentablemente no siempre lo es— el auge de la condición intelectual. Debería ser la nobleza y la aristocracia no sólo del magisterio sino de toda la intelectualidad de un país. Esto porque la universidad es la más alta de las escuelas y ser profesor en una universidad es el más alto de los magisterios.

Había, pues, universidades en que los profesores y sus familias podían ser ennoblecidos.

En Portugal, la mera condición intelectual abría las puertas a la categoría noble. Todo aquel que se diplomaba en teología, filosofía, derecho, medicina o matemáticas en la famosa Universidad de Coímbra, fundada en 1307, era noble a título personal y vitalicio, aunque no hereditario. Pero si, de padres a hijos, tres generaciones de una misma familia se diplomaban en Coímbra en tales carreras, todos sus descendientes pasaban a ser nobles por vía hereditaria, aunque ellos no llegaran a estudiar, a su vez, en la referida universidad.

Lo cual era muy legítimo, muy cierto, porque las grandes universidades forman en sus profesores y alumnos una cierta calidad de espíritu que expresa categoría, y por la cual ellos se vuelven realmente dignos de la nobleza.

Plaza del Cabildo de Hildesheim, ciudad alemana de Baja Sajonia. Miembros de un auténtico pueblo como éste pueden, excepcionalmente, ascender a la condición de noble.

Todo esto, no obstante, no impide que haya en la condición de profesor algo que no sea noble. Él puede ser un intelectual que piensa y estudia mucho, pero que lleva una vida tranquila entre sus libros, sin luchas, egoístamente habituado a muchas comodidades, rodeado de un prestigio que no corre riesgos, titular de una cátedra vitalicia, en una situación de holgura y confort adecuados a su condición.

Vista de ese ángulo, la condición de profesor puede no ser digna de ascender a la nobleza, pues en esa actitud hay algo de deformante en el modo de ejercer la profesión, lo que la hace eminentemente burguesa.

Existe, no obstante, otro modo de vivir la condición de profesor. Es tener un espíritu bastante cualitativo, orientado a percibir en las cosas mucho más su significado que los meros hechos concretos, capaz de comprender un cierto fondo de la realidad que un profesor de espíritu no cualitativo no comprende. Un profesor que al narrar un acontecimiento, al comentar una ley, al describir una experiencia, al exponer un argumento o al resolver un problema sepa dar el sentido más profundo de la calidad de aquello que fue objeto de su exposición, ése es un hombre de espíritu superior que puede ser ennoblecido.

Ascensión de plebeyos a la más alta nobleza

Además de estas formas de ennoblecimiento de categorías sociales, existía un hecho evidente, que la observación común de la historia muestra: de las clases más oscuras de la sociedad podían surgir, de repente, personas dotadas de algunas cualidades que las habilitarían para pertenecer a la más alta nobleza.

Podían ser personas que nacieran, por ejemplo, con la capacidad de convertirse en grandes estadistas o jefes de Estado. O hasta de llegar a ser excelentes ministros, como de hecho los hubo. Cuando se investiga la formación del espíritu de tales estadistas, el medio familiar y social en que vivieron, nada indica qué pueda haber originado tal capacidad y tales cualidades. Su padre podría haber sido un modesto y digno obrero; su madre, una esposa austera que ayudaba a la familia a vivir con el exiguo salario del padre. Nada había allí que hiciera surgir en la cabeza del niño una tendencia, una capacidad para ser un gran político o diplomático, un gran guerrero, un gran poeta, un gran artista, o cualquier otra cosa del género.

La historia, sin embargo, contiene numerosos ejemplos de personas provenientes de las clases más modestas y que tuvieron ese don, esa capacidad.

Es frecuente depararse, en la historia militar de la Edad Media, con hechos heroicos practicados por personas que pertenecían a la plebe pero que revelaban, en su modo de combatir, una tal elevación de sentimientos, un tal desprendimiento de sí mismos que —aunque pertenecían a la plebe más elemental, más modesta— podían ser elevadas a la condición de nobles.

Pues quien es capaz de ser mártir, de arriesgar y dar la propia vida teniendo en vista un bien superior, un bien común, tiene las grandes fortalezas y las grandes elegancias de alma que son la materia prima del noble, que modelan un tipo humano que hace del noble como que santo del orden temporal.

Así, cuando alguien manifiesta una grandeza de origen modesto, es natural que sea elevado al grado que le corresponde, pero sin transformar este hecho en regla general. Pues lo que Dios quiso dar a uno, puede que no se lo dé a otro. Dios se reserva para sí mismo el derecho de sacar a alguien de la más humilde condición y elevarlo, simplemente porque quiso.

Y el hombre así escogido por Dios, colocado en esa situación, debe saber aprovechar los dones recibidos de tal modo que, puesto en la cumbre de las grandezas humanas, sirva a Dios y a la Iglesia con todo el empeño de su alma y de su corazón. Caso rehúse tal servicio y haga mal uso de sus dones y de sus capacidades, tendrá que prestar cuentas a Dios.

Esos hechos, esas grandezas, sirven para mostrar que Dios es el verdadero autor de todo esto. Él modela a los grandes hombres, a las grandes familias, a las grandes naciones, porque Él es infinitamente grande. Dios es la propia Grandeza y el autor de todas las grandezas.


* Cf. Tesoros de la Fe, nº 147, marzo de 2014.

De la plebe italiana a la corte francesa

Cardenal Mazarino, Pierre Mignard, c. 1660 – Museo Condé, Chantilly

La historia registra casos muy interesantes de personas que, aunque nacidas en la plebe, fueron dotadas con la capacidad de convertirse en estadistas famosos y dirigentes de naciones.

Un ejemplo característico en ese sentido fue Julio Mazarino, de origen modesto y casi desconocido. Parece que nació en Piscina, Abruzos (Italia), en 1602. Estaba dotado de una extraordinaria y sutil inteligencia, excelente político y diplomático, de trato muy digno, lo cual le permitió figurar con destaque en la corte francesa, la más exigente del mundo en aquella época. Se naturalizó francés en 1639 y, aunque no era sacerdote, obtuvo el título de Cardenal en 1641, por el cual pasó a ser conocido, y que le confirió un status de alta nobleza en la línea eclesiástica. Richelieu, el famoso ministro de Luis XIII, al morir en 1642, lo recomendó a este monarca, quien lo nombró Primer Ministro. Mazarino ocupó el cargo no sólo hasta la muerte de aquel rey, ocurrida en 1643, sino además durante toda la regencia de Ana de Austria —madre de Luis XIV, por entonces menor de edad— y el comienzo del reinado de este último, falleciendo en 1661, en su calidad de Primer Ministro de Francia.



  




Artículos relacionados

Una influencia más fuerte que la de los medios de comunicación
El brillo de la nobleza: valor que el dinero no proporciona
Desigualdades sociales armónicas
Cómo el clero, la nobleza y el pueblo participaban del gobierno
Función social y sustentación religiosa
Aspectos fundamentales de la nobleza en una civilización cristiana
Pueblo, masa y la influencia de los medios de comunicación
Herencia: factor de robustecimiento y continuidad familiar
¿Qué son la nobleza y las élites tradicionales análogas?
La santidad, la nobleza y la jerarquía en la Sagrada Familia







Informe de sus aportes a la Alianza de Fátima ¿Necesita que alguien rece por usted? Advocaciones marianas en el Perú Suscríbase a nuestro boletín


COVID-19
¿El coronavirus es un castigo divino?
La pandemia y los grandes horizontes de Fátima
Mons. Athanasius Schneider: Nos gloriamos en las tribulaciones
Remedio seguro contra la “coronafobia”
Cardenal Raymond Leo Burke: Mensaje sobre el combate contra el coronavirus



Peregrinando
La Revolución de la Sorbona: París, Mayo de 1968
Después de la Crucifixión, el triunfo de nuestro Redentor
Nuestra Señora de la Buena Guardia
Fiesta de la Purificación de María Santísima
El galeón sumergido: símbolo de la esperanza
Loreto, la nueva Nazaret
El Milagro del Sol
San Nuno de Santa María
En la lucha contra el jefe del orgullo sigamos al Príncipe San Miguel
La sagrada Rosa de la Ciudad de los Reyes
La devoción al Inmaculado Corazón de María
El Jardín de Picpus
La gracia de Fátima actuando en Ucrania
Nuestra Señora de la Cabeza Inclinada
La crucifixión y muerte de Jesucristo
Confianza en María Inmaculada aun cuando todo parezca perdido
En este siglo de confusión, oh Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros
Navidad
Fátima y el comunismo: dos profecías irreconciliables
150 años de la Comuna de París
San Juan Masías
Rosa de Santa María
Iglesia y Estado: ¿unión o separación?
Remedio eficaz contra los males contemporáneos
Las glorias de María
Santo Toribio de Mogrovejo
La Sagrada Túnica de Nuestro Divino Redentor
Santa Bernadette Soubirous
Corrupción en la sociedad: ¿Existe una solución?
Fiesta de gloria y de paz
Intransigencia de los Santos: irreductible fidelidad a su misión
Cristiandad
El ángel de la guarda, nuestro verdadero amigo
La Asunción de María Santísima
¡Vade retro Satanás!
El Santísimo Sacramento de la Eucaristía
La Madonna de Monte Bérico
Remedio seguro contra la “coronafobia”
El Hijo de Dios condenado por el más arbitrario de los procesos
Santa Jacinta de Fátima: Centenario de su fallecimiento (1920-2020)
La actitud católica frente a la muerte y la concepción materialista
¿Cómo rezar bien el rosario en honor a la Virgen María?
Grandezas y glorias de San José
Presencia diabólica en el mundo de hoy
Los rostros de la Virgen en el Perú
La Visita a los Monumentos - Jueves Santo
Un remedio eficaz contra la amnesia religiosa
Santidad: la verdadera gloria de Francisco y Jacinta



 



Tesoros de la Fe


Nº 257 / Mayo de 2023

París, Mayo de 1968
La Revolución de la Sorbona

Barrio Latino de París, en la mañana del 11 de mayo de 1968, después de los violentos disturbios de la víspera



Solicite aquí la visita de la Virgen Peregrina de Fátima




Santoral

3 de junio

San Ovidio, Obispo y Mártir.

+Siglo II Braga (Portugal). Pagano, se convirtió con las predicaciones de San Pedro y San Pablo en Roma. San Clemente lo envió como Obispo para la entonces Bracara-Augusta, donde después de muchos trabajos y conversiones, fue martirizado.



San Carlos Lwanga y los 26 mártires de Uganda

+1886 Uganda - Africa. Carlos Lwanga, junto con otros 22 pajes del rey Mwanga, de los que era el jefe, fueron quemados vivos por defender su fe y por no ceder a los depravados deseos del Rey. Y los 26 mártires de Uganda, con Carlos Lwanga a la cabeza, fueron declarados santos por el Papa Paulo VI, el 18 de octubre de 1964, y ahora en Uganda hay un millón de católicos: "La sangre de los mártires, produce nuevos cristianos".

Más información aquí.






Ayude a difundir el mensaje de Fátima
Alianza de Fátima | Donaciones | Solicite visita de la Virgen | Tienda Virtual

Campaña promovida por la Asociación Santo Tomás de Aquino
Tomás Ramsey 957, Magdalena del Mar - Lima - Perú
..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... .....