Palabras del Director Nº 108 - Diciembre 2010 - Año IX
Estimados amigos:

En 1531, cuatro años antes que se fundara la Ciudad de los Reyes en el Perú y se creara el Virreinato de Nueva España en México, la Santísima Virgen se apareció por primera vez en continente americano, para establecer una alianza imperecedera con sus habitantes.

Hablando en lengua náhuatl con el indio San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, la Madre de Dios quiso también alentar a los evangelizadores para aprender los dialectos locales, ganarse la confianza de los indígenas y volverlos rápidamente cristianos. Conocedora de la propensión natural del indio hacia lo maravilloso, Ella cautivó en la cima del Tepeyac a su interlocutor, haciéndole oír primero unas músicas celestiales y deleitándole después con el colorido, la tersura y el perfume de unas flores que parecían arrancadas del paraíso.

La fascinante historia de Nuestra Señora de Guadalupe en México, la Virgen del Tepeyac —que encontrará en las páginas centrales de esta edición— nos transmite el bálsamo salvífico de aquella relación personal y maternal, que la Virgen Santísima quiere establecer con cada uno de nosotros: «¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?»

Al aproximarse la Navidad, aprovecho este espacio para desear a nuestros amables lectores, así como a sus familias, las mayores gracias del Divino Infante y de su tiernísima Madre. Que la Virgen de Guadalupe, Patrona de México y Emperatriz de las Américas, nos ayude a enfrentar con fe y confianza los imprevisibles desafíos que el Nuevo Año nos depara.

En Jesús y María,

El Director
La cronología de los Evangelios y los Santos Reyes Magos La genuflexión ante el Santísimo Sacramento
La genuflexión ante el Santísimo Sacramento
La cronología de los Evangelios y los Santos Reyes Magos



Tesoros de la Fe N°108 diciembre 2010


La Virgen del Tepeyac
Nº 108 - Diciembre 2010 - Año IX La genuflexión ante el Santísimo Sacramento El Árbol de Navidad del señor D’Auvrigny La Virgen del Tepeyac Súplica a los pies del Pesebre San Juan de la Cruz La cronología de los Evangelios y los Santos Reyes Magos



 Artículos relacionados
Letanías al Sagrado Corazón de Jesús Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos...

Leer artículo

Hace 470 años el Japón nacía a la fe católica Poco se sabía entonces a respecto de aquel país del Extremo Oriente, si bien que, algunos siglos atrás, Marco Polo escribiera en las memorias de sus viajes que “a 1500 millas de la China había una gran isla, conocida como Cipango. El pueblo es de tez clara, alegre, de bellas facciones, y muy ceremonioso…”...

Leer artículo

Por qué la confesión es importante y ferozmente atacada No hace mucho tiempo, se me presentó cierto sabihondo, asegurándome que él conocía muchos casos de que reprochar al clero por la violación del sigilo. Yo le respondí que, aun cuando un sacerdote traicionara su sagrado ministerio, no por eso disminuiría en nada la santidad de este sacramento...

Leer artículo

Bienes del alma en la vida popular Si bien la intención del escultor haya sido la de representar a gente del campo de Judea, en la época del nacimiento de Nuestro Señor, andrajosa, como muchas veces lo eran los pastores en Oriente, no obstante, los tipos humanos, las fisonomías, los gestos y los modos de ser que plasmó en su obra corresponden a personas del ambiente que rodeaba al artista...

Leer artículo

San Ignacio de Láconi Francisco Ignacio Vicente Peis, el segundo de nueve hermanos, nació en la ciudad de Láconi, en el corazón de la isla de Cerdeña, el 17 de noviembre de 1701...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino