El Perú necesita de Fátima Visteis el infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón.
CampañasTienda VirtualTesoros de la FeDonaciones



«Tesoros de la Fe» Nº 16 > Tema “Las mil devociones a la Santísima Virgen en el Perú”

Página Mariana  [+]  Versión Imprimible
AbcAbcAbc

La Virgen que conquistó a Cajamarca



Esculpida por ángeles artistas dicen unos, o donada por el Emperador Carlos V según otros, esta antiquísima imagen de la Virgen Dolorosa de Cajamarca es el objeto predilecto de la devoción local


La devoción a la Santísima Virgen en el misterio de sus Dolores está profundamente arraigada en todo el Perú. El culto a María bajo este nombre conmovedor, como lo señala el historiador jesuita P. Vargas Ugarte: “es uno de los muchos rasgos que imprimió en nuestra tierra la emigración andaluza”. Así se explica, que bajo diversos títulos como el de las Angustias, de la Soledad, de las Lágrimas o el mismo de los Dolores, existan incontables imágenes de esta advocación a lo largo y ancho del país.

Una de las más célebres es, por cierto, la que desde tiempo inmemorial el pueblo cajamarquino venera en su histórica Plaza de Armas, en una amplia y sólida capilla de piedra primorosamente labrada. Esta espléndida construcción plateresca y su privilegiada ubicación ejemplifican admirablemente uno de los tantos rasgos de la esencial catolicidad del Perú: así como en la Plaza de Armas o principal de nuestros pueblos no puede faltar una iglesia, en varias ciudades éstas plazas son ladeadas, no de una, sino de dos y hasta tres edificaciones de orden religioso. Tal es el caso de Arequipa, del Cusco o de Trujillo —a pesar de que en esta última a la Iglesia de la Compañía le haya sido dado en tiempos republicanos un uso profano—, y de la propia Cajamarca.

Allí, frente a la imponente Catedral, se yergue la Iglesia de San Francisco, en cuyo extremo se levanta la Capilla de la Virgen de los Dolores. La imagen es una de aquellas esculturas que llaman de vestir, en madera policromada, que mide 1.60 metros aproximadamente. Su rostro, de una gran expresividad se nos presenta ligeramente pálido, con la cabeza inclinada y abundantes lágrimas sobre las mejillas. Las manos juntas en actitud de oración y súplica. Está recubierta por riquísimos mantos que le ofrecen sus devotos y adornada con las valiosas joyas de su ajuar: un corazón sobrepuesto, atravesado por siete espadas, la corona de la Inmaculada con las doce estrellas y la media luna bajo los pies.

Su fiesta se celebra el Viernes de Dolores, es decir, el viernes que antecede a la Semana Santa. Como preparación para ello, durante los días previos, al caer la noche, se realiza la popular Setena —“novena” de siete días en honra de los Siete Dolores de María— que constituye “la más arraigada y entrañable tradición religiosa cajamarquina”. Durante el resto del año también tiene lugar una Misa muy concurrida, todos los días viernes.

Portentosa iglesia de San Francisco en Cajamarca. A un costado (derecha) se encuentra la capilla de la Virgen de los Dolores, en donde se venera a la Reina de la ciudad

“La Santísima Virgen reveló a Santa Brígida —reza la advertencia de una difundida setena— lo mucho que ella aprecia a las almas que se compadecen de sus dolores, y no hay devoto ni devota de la Virgen María, que no tenga particular afición a honrar a su afligida Madre en sus dolores. De la Santísima Virgen de los Dolores podemos decir, con toda confianza, lo que el Apóstol decía de Jesucristo: si nos compadecemos de Ella, recordando sus dolores, enternecidos de su aflicción y honrándola en sus penas, seremos con Ella glorificados”.

Recordemos pues, rápidamente, los siete dolores de María que la tradición nos señala: 1) la presentación del Niño Jesús; 2) la huida a Egipto, a causa de la persecución de Herodes; 3) la pérdida del Niño Jesús en el Templo; 4) el encuentro con Jesús camino al Calvario; 5) la crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo; 6) la Piedad, es decir, cuando la Virgen recibe al pie de la Cruz el cuerpo sin vida de su Divino Hijo; y, 7) la sepultura del Divino Redentor.

*     *     *

Muchos son los favores y gracias que Cajamarca ha recibido de su Patrona a lo largo de los siglos. Algunos de ellos, que alcanzaron mayor fama fueron artísticamente pintados en sendos cuadros que decoran las paredes de su primorosa capilla.

Tal es el caso de Fray Martín de Iuzauraga, Guardián del Convento Franciscano, que postrado en el lecho de su dolor y previendo su próxima muerte, ya sin mayores esperanzas de vida, imploró a sus religiosos le trajesen la imagen de su Madre de los Dolores. El día 24 de noviembre de 1705, apenas penetró la venerada imagen en la celda del moribundo, éste quedó instantáneamente sano y libre de toda dolencia.

Unos años después, el 16 de agosto de 1749, viajaba montado en una mula don Nicolás de Piédrola en compañía de su padre —el escribano D. Manuel de Piédrola— a la hacienda de Salagual, en los términos del pueblo de la Asunción. Al bajar por un despeñadero, la mula se asustó, comenzó a respingar furiosamente y ambos se precipitaron al abismo. Su padre y cuantos le acompañaban imploraron a una sola voz a la Virgen Dolorosa. Y al instante vieron como el mozo se levantó sin lesión alguna, mientras la mula siguió rodando y la silla se hizo pedazos.

Las crónicas también registran lo acontecido con don Álvaro Gaspar Enríquez, Corregidor de Cajamarca, quien se hallaba gravemente enfermo y desahuciado por los médicos. Movido por su ardiente fe, imploró que trasladasen a su casa a la venerada Imagen de Dolores para pedirle personalmente su curación. El 7 de agosto de 1752, por fin los religiosos accedieron a las reiteradas instancias de tan gran personaje y... ¡oh prodigio! No bien la Soberana franqueó los umbrales de su habitación, el ilustre moribundo se incorpora y, cera en mano, acompaña por las calles a la milagrosa imagen de regreso a su capilla.

Más tarde, a mediados del siglo XIX, una persistente sequía amenazaba dejar sin pan a los pobladores de Cajamarca. Viendo que pasaban los días y los meses, sin siquiera notarse el más leve cambio atmosférico, recurren pues a su Reina y Madre, elevándole plegarias y sacándola en procesión. Ya de regreso, cuando la imagen estaba por ingresar a su templo, ligeras nubecillas primero y grandes nubarrones después cubren el cielo, y la ansiada lluvia se precipita en abundancia.

Una placa conmemorativa que permanece en un muro de la Capilla de los Dolores evoca la singular honra de su coronación canónica: “El día 14 de junio de 1942, Cajamarca entera, poniendo su corazón y su alma, con una fe y un entusiasmo que no puso jamás en ningún otro acontecimiento de su gloriosa historia, coronó a su dulcísima y amadísima Dolorosa”. El solemne acto se realizó por ocasión del Primer Congreso Eucarístico Diocesano, siendo la imagen coronada por el entonces Nuncio Apostólico en el Perú y más tarde Cardenal, Mons. Fernando Cento, Legado Pontificio de Pío XII.

*     *     *

Aunque las circunstancias cambien, la necesidad de recurrir a la Madre de Dios es constante en todo tiempo y lugar, pues las necesidades de esta vida se renuevan y las angustias también. En las sequías como en épocas de abundancia, cuando fluye el oro como cuando escasea el metal, cuando se goza de paz como cuando las convulsiones nos amenazan, las probaciones del hombre parecen alternarse y los peligros para el alma también.

Hoy, cuando la vida fácil nos conduce como un tobogán a la perdición, cuando la unidad familiar está constantemente amenazada por el permisivismo y la decadencia de las costumbres, cuando el egoísmo nos encierra en nosotros mismos y olvidamos los grandes dramas de la Iglesia en el presente... hoy más que nunca, Cajamarca y el Perú entero necesitan volver sus ojos a la Virgen Dolorosa, para que a los pies de la Cruz pidamos perdón al Señor por nuestras culpas y enmendemos nuestras vidas. Así lo pidió la Señora de Fátima, que desde el cerro de Santa Apolonia, tan soberanamente vela por la ciudad.     


Obras consultadas.-

1. Setena de Nuestra Señora de los Dolores, Imprenta Diocesana, Cajamarca, 1959.
2. Fray Julián Heras  O.F.M., San Francisco de Cajamarca, Boletín de Lima, n° 15 — Noviembre de 1981.
3. Elsa Vásquez Pereyra, La Dolorosa de Cajamarca, Lima, 1989.





  




Artículos relacionados

La Virgen de Chapi
Nuestra Señora del Milagro de Lima
La Virgen del Prado
La Virgen de la Candelaria
La Linda de la Catedral
María del Buen Suceso y el Púlpito de San Blas
La Virgen del Carmen de la Legua
La Virgen de la Antigua
La Mamacha Carmen de Paucartambo
Nuestra Señora del Triunfo o del Sunturhuasi - Cusco







Informe de sus aportes a la Alianza de Fátima ¿Necesita que alguien rece por usted? Advocaciones marianas en el Perú Suscríbase a nuestro boletín


COVID-19
¿El coronavirus es un castigo divino?
La pandemia y los grandes horizontes de Fátima
Mons. Athanasius Schneider: Nos gloriamos en las tribulaciones
Remedio seguro contra la “coronafobia”
Cardenal Raymond Leo Burke: Mensaje sobre el combate contra el coronavirus



Peregrinando
La Revolución de la Sorbona: París, Mayo de 1968
Después de la Crucifixión, el triunfo de nuestro Redentor
Nuestra Señora de la Buena Guardia
Fiesta de la Purificación de María Santísima
El galeón sumergido: símbolo de la esperanza
Loreto, la nueva Nazaret
El Milagro del Sol
San Nuno de Santa María
En la lucha contra el jefe del orgullo sigamos al Príncipe San Miguel
La sagrada Rosa de la Ciudad de los Reyes
La devoción al Inmaculado Corazón de María
El Jardín de Picpus
La gracia de Fátima actuando en Ucrania
Nuestra Señora de la Cabeza Inclinada
La crucifixión y muerte de Jesucristo
Confianza en María Inmaculada aun cuando todo parezca perdido
En este siglo de confusión, oh Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros
Navidad
Fátima y el comunismo: dos profecías irreconciliables
150 años de la Comuna de París
San Juan Masías
Rosa de Santa María
Iglesia y Estado: ¿unión o separación?
Remedio eficaz contra los males contemporáneos
Las glorias de María
Santo Toribio de Mogrovejo
La Sagrada Túnica de Nuestro Divino Redentor
Santa Bernadette Soubirous
Corrupción en la sociedad: ¿Existe una solución?
Fiesta de gloria y de paz
Intransigencia de los Santos: irreductible fidelidad a su misión
Cristiandad
El ángel de la guarda, nuestro verdadero amigo
La Asunción de María Santísima
¡Vade retro Satanás!
El Santísimo Sacramento de la Eucaristía
La Madonna de Monte Bérico
Remedio seguro contra la “coronafobia”
El Hijo de Dios condenado por el más arbitrario de los procesos
Santa Jacinta de Fátima: Centenario de su fallecimiento (1920-2020)
La actitud católica frente a la muerte y la concepción materialista
¿Cómo rezar bien el rosario en honor a la Virgen María?
Grandezas y glorias de San José
Presencia diabólica en el mundo de hoy
Los rostros de la Virgen en el Perú
La Visita a los Monumentos - Jueves Santo
Un remedio eficaz contra la amnesia religiosa
Santidad: la verdadera gloria de Francisco y Jacinta



 



Tesoros de la Fe


Nº 257 / Mayo de 2023

París, Mayo de 1968
La Revolución de la Sorbona

Barrio Latino de París, en la mañana del 11 de mayo de 1968, después de los violentos disturbios de la víspera



Solicite aquí la visita de la Virgen Peregrina de Fátima




Santoral

30 de mayo

Santa Juana de Arco, Virgen.

+1431 Ruán (Francia). Suscitada por Dios para librar a Francia del yugo inglés, esta virgen guerrera fue después traicionada y quemada como hechicera, bajo las órdenes del Obispo Cauchon. Rehabilitada por Calixto III en 1456, tuvo la heroicidad de virtudes reconocida el 13 de diciembre de 1908, siendo beatificada por San Pío X en 1909 y canonizada por Benedicto XV em 1920. Heroína nacional de Francia, inspiró numerosas obras artísticas y literarias.

Más información aquí.






Ayude a difundir el mensaje de Fátima
Alianza de Fátima | Donaciones | Solicite visita de la Virgen | Tienda Virtual

Campaña promovida por la Asociación Santo Tomás de Aquino
Tomás Ramsey 957, Magdalena del Mar - Lima - Perú
..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... .....