El Perú necesita de Fátima Visteis el infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón.
CampañasTienda VirtualTesoros de la FeDonaciones



«Tesoros de la Fe» Nº 170

Página Mariana  [+]  Versión Imprimible
AbcAbcAbc

Una pátina celestial cubre Lourdes

En aquel 2 de marzo de 1858, en la gruta de Massabielle, la Santísima Virgen le dijo a la joven Bernadette Soubirous, arrodillada a sus pies: “deben venir aquí en procesión”.

Aquellas sencillas palabras parecían significar un deseo vago, una aspiración momentánea. Sin embargo, ellas estaban dotadas de una potencia insospechada, porque eran dichas por la Madre de Dios. El pedido resonó en el mundo entero y atrajo hacia Lourdes multitudes presurosas venidas de todos los continentes, de los valles y de las montañas, de las tierras gélidas y de las regiones tórridas, de las islas más alejadas, de los recovecos más ignorados.

Enfermos frente a la gruta

Otrora Nuestro Señor le dijo a un muerto, sepultado hacía cuatro días: “¡Lázaro, sal afuera!” (Jn 11, 43). Y él salió, por fuerza de la palabra divina. De la misma forma el llamado de la Santísima Virgen ––mera criatura, pero apoyada en la fuerza divina de su Hijo–– produjo el estupendo milagro de atraer multitudes incesantes y crecientes. Hace unos años, junto con dos dilectos amigos, pude constatar la atracción inimaginable de aquel llamado de la Virgen.

Presencié el desarrollo de la procesión de las velas que, en primavera y en verano, se realiza en Lourdes todas las noches. Ubicado en un lugar privilegiado, vi estupefacto a la multitud que, en un orden perfecto y con una compenetración impresionante, desembocaba en la explanada frente a la basílica, procedente de una calle adyacente. Como las aguas de un río caudaloso y solemne, olas y olas de fieles se sucedían empuñando velas encendidas, que se elevaban todas al cielo cuando los cánticos repetían el coro: ¡Ave, Ave, Ave María!

La imagen de Nuestra Señora de Lourdes los precedía como reina bondadosa y muy amada. Enfermos en sus sillas de ruedas, conducidas por voluntarios uniformados, tantos que no se podían contar. Durante el día ellos son vistos también en la gruta de las apariciones, en las dos basílicas superpuestas, en el sector de los baños con agua de la fuente, por todas partes en fin.

*     *     *

El ambiente está impregnado de fe, seriedad y elevación moral. Nótase en aquellos rostros sufridos y golpeados por los infortunios de la vida un estado de espíritu que, de modo colectivo, solo constaté en Lourdes. En aquel lugar bendito, Dios opera, por cierto, curaciones estupendas por intercesión de la Santísima Virgen. Pero el mayor milagro no son los cojos que andan ni los ciegos que ven. El mayor milagro es la conformidad sobrenatural de aquellas almas. Hay en ellas una esperanza viva de que la Virgen Inmaculada las cure; pero, al mismo tiempo, una disposición de espíritu por la cual desde ya aceptan resignadamente, sin rebeldía, sin acrimonia y hasta sin tristeza, aquello que sea el designio de Dios.

La gracia impregna el ambiente de Lourdes como una niebla clara y bienhechora; posa sobre la gruta, sobre las personas, se difunde sobrenaturalmente por el aire. Después de más de 150 años de constantes milagros, una delicada capa de pátina celestial parece haberse extendido por todos los rincones que circundan el lugar de las apariciones.

Vi a una señora conduciendo en una silla de ruedas a su hija, que parecía sufrir de algún trastorno nervioso. Al aproximarse del lugar donde se toman los baños con el agua de la fuente, la mujer retrocedió unos pasos, y dos o tres voluntarias cogieron a la niña y la pusieron sobre un pequeño lecho, a fin de transportarla mejor. Durante esa operación bastante simple, la mirada de la madre acompañó todos los movimientos, con tanto amor por su hija, con tanta dulzura y compasión, que parecía exclamar: “¡Hija mía, cómo quisiera verte curada! Pero si la sabiduría divina lo dispone de otro modo, quiero que sepas que seguiré amándote con toda mi alma, que no escatimaré esfuerzos para protegerte, para hacerte feliz cuanto sea posible; yo me sacrificaré por ti hasta el último aliento”.

Las velas, testigos de los innumerables pedidos y gracias recibidas…

Es la imagen conmovedora de lo que se siente en Lourdes: la mirada de la Santísima Virgen posa sobre nosotros, los necesitados y estropeados de este valle de lágrimas, produciendo una paz de alma profunda, una resignación perfecta, una elevación sobrenatural.

En Lourdes hay una comunicación directa con el Cielo. 



  




Artículos relacionados

Virgen Madre Aparecida: Reina y Patrona del Brasil
La Virgen del Hacha
Nuestra Señora de Lichen
Nuestra Señora de Sonsoles
La Comunión Reparadora de los primeros sábados
Nuestra Señora de Todos los Auxilios
El triunfo de Nuestra Señora del Rosario de Lepanto
María Santísima: oscuridad inicial - glorificación a través de la Historia
Nuestra Señora de la Guardia: Patrona de Génova
La santidad de Jacinta, la admirable vidente de Fátima







Informe de sus aportes a la Alianza de Fátima ¿Necesita que alguien rece por usted? Advocaciones marianas en el Perú Suscríbase a nuestro boletín


COVID-19
¿El coronavirus es un castigo divino?
La pandemia y los grandes horizontes de Fátima
Mons. Athanasius Schneider: Nos gloriamos en las tribulaciones
Remedio seguro contra la “coronafobia”
Cardenal Raymond Leo Burke: Mensaje sobre el combate contra el coronavirus



Peregrinando
La Revolución de la Sorbona: París, Mayo de 1968
Después de la Crucifixión, el triunfo de nuestro Redentor
Nuestra Señora de la Buena Guardia
Fiesta de la Purificación de María Santísima
El galeón sumergido: símbolo de la esperanza
Loreto, la nueva Nazaret
El Milagro del Sol
San Nuno de Santa María
En la lucha contra el jefe del orgullo sigamos al Príncipe San Miguel
La sagrada Rosa de la Ciudad de los Reyes
La devoción al Inmaculado Corazón de María
El Jardín de Picpus
La gracia de Fátima actuando en Ucrania
Nuestra Señora de la Cabeza Inclinada
La crucifixión y muerte de Jesucristo
Confianza en María Inmaculada aun cuando todo parezca perdido
En este siglo de confusión, oh Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros
Navidad
Fátima y el comunismo: dos profecías irreconciliables
150 años de la Comuna de París
San Juan Masías
Rosa de Santa María
Iglesia y Estado: ¿unión o separación?
Remedio eficaz contra los males contemporáneos
Las glorias de María
Santo Toribio de Mogrovejo
La Sagrada Túnica de Nuestro Divino Redentor
Santa Bernadette Soubirous
Corrupción en la sociedad: ¿Existe una solución?
Fiesta de gloria y de paz
Intransigencia de los Santos: irreductible fidelidad a su misión
Cristiandad
El ángel de la guarda, nuestro verdadero amigo
La Asunción de María Santísima
¡Vade retro Satanás!
El Santísimo Sacramento de la Eucaristía
La Madonna de Monte Bérico
Remedio seguro contra la “coronafobia”
El Hijo de Dios condenado por el más arbitrario de los procesos
Santa Jacinta de Fátima: Centenario de su fallecimiento (1920-2020)
La actitud católica frente a la muerte y la concepción materialista
¿Cómo rezar bien el rosario en honor a la Virgen María?
Grandezas y glorias de San José
Presencia diabólica en el mundo de hoy
Los rostros de la Virgen en el Perú
La Visita a los Monumentos - Jueves Santo
Un remedio eficaz contra la amnesia religiosa
Santidad: la verdadera gloria de Francisco y Jacinta



 



Tesoros de la Fe


Nº 257 / Mayo de 2023

París, Mayo de 1968
La Revolución de la Sorbona

Barrio Latino de París, en la mañana del 11 de mayo de 1968, después de los violentos disturbios de la víspera



Solicite aquí la visita de la Virgen Peregrina de Fátima




Santoral

29 de mayo

San Maximino, Obispo y Confesor

+349, d.C. Tréveris. Dejó el país natal atraído por la fama de las virtudes de San Agricio, Obispo de Tréveris, de quien se tornó discípulo. Con la muerte de éste, fue elevado a aquella Sede, donde se notabilizó por la intrépida defensa de la ortodoxia (= verdadera doctrina) y al acoger a San Atanasio, entonces exiliado.








Ayude a difundir el mensaje de Fátima
Alianza de Fátima | Donaciones | Solicite visita de la Virgen | Tienda Virtual

Campaña promovida por la Asociación Santo Tomás de Aquino
Tomás Ramsey 957, Magdalena del Mar - Lima - Perú
..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... .....