Ambientes Costumbres Civilizaciones La flor del guayacán

Una gota de la gloria de Dios

Plinio Corrêa de Oliveira

 

Una flor magnífica nacida de un árbol feo: el guayacán. Es cuanto uno se puede imaginar de más esplendoroso. No sé, si acaso hubiese guayacanes en Palestina, ¿no habría Nuestro Señor utilizado como argumento la flor del guayacán en vez de hablar del lirio del campo?, pues aquella es de un color amarillo-dorado impactante.

Si supiera que la especie de los guayacanes estuviese por desaparecer y que los últimos guayacanes fueran los que florecen cerca de aquí, yo iría hasta allá solo para ver florecer al último guayacán. Y desearía poder decir que asistí a la muerte del último guayacán.

¿Por qué?

—Porque es una especie extraordinariamente apta para reflejar algo de la gloria de Dios que desaparece. Así, yo quisiera estar presente en ese momento histórico y tremendo en que Dios retira del orden del universo uno de los rayos de su gloria. Esta seria una hora eminentemente religiosa, a la cual el individuo religioso debería dar un gran valor. Y yo, el día en que hubiese asistido a la muerte del último guayacán, mandaría celebrar una misa. No por causa del guayacán en sí, sino con relación al designio de Dios extinguiendo en el universo creado esa belleza, ese reflejo de su gloria.

Nada de lo que existe nos es ajeno y, por lo tanto, frente a los grandes éxitos o a las grandes convulsiones de la historia, nuestra alma debe tener una intensa participación, bajo el riesgo de convertirse en un alma mediocre.

Estoy ejemplificando con el guayacán, ¡pero de cuántas otras cosas podríamos hablar! Si yo viese una flor del guayacán caída de un árbol y, movida por un vendaval con el riesgo de contaminarse y estropearse, cogería esa flor y la colocaría en un florero de un oratorio con la imagen de la Santísima Virgen. Sería para ofrecérsela, pero no sólo por Ella; seria para recoger esa gota de la gloria de Dios, a fin de que la flor del guayacán no desapareciera inútilmente y, así, diese la gloriosa vuelta rumbo a su Creador, arrojando sus últimas bellezas a los pies de la Madre del Creador.

Esta es una posición eminentemente religiosa. Es un modo religioso de vivir. 

El New Age y la infiltración gnóstica en los medios católicos Palabras del Director Nº 164 - Agosto 2015 - Año XIV
Palabras del Director Nº 164 - Agosto 2015 - Año XIV
El New Age y la infiltración gnóstica en los medios católicos



Tesoros de la Fe N°164 agosto 2015


San Juan Bosco Bicentenario de su nacimiento (1815-2015)
Nº 164 - Agosto 2015 - Año XIV La importancia de un buen libro La fecundidad del matrimonio La Virgen y el Rosario, en un sueño de Don Bosco Nuestra Señora de Taggia Continuación del Sermón de la Montaña Santa María Micaela del Santísimo Sacramento El New Age y la infiltración gnóstica en los medios católicos La flor del guayacán



 Artículos relacionados
Los siglos del matrimonio estable Los siglos de la verdadera amistad, del matrimonio estable, constante, serio, llevado hasta el final de la vida, fueron los de la Edad Media cristiana. La era histórica de la fe católica, apostólica y romana, actuante y clara, sin miedo de ostentar sus verdades, sin...

Leer artículo

Guillermo II y la emperatriz Sissi Soberano prototípico de su época rinde homenaje a los “modales llenos de dignidad y a la postura magnífica que caracterizaban a la emperatriz”...

Leer artículo

Pobreza y esplendor Extremos armónicos en el firmamento de la Iglesia. Un aspecto de la Santa Iglesia. Envuelto en la penumbra, con un cráneo en la mano que evoca la muerte, San Francisco mira hacia lo alto en una actitud de profunda oración. Vestido con una sencilla y pobre túnica, que...

Leer artículo

¿Sólo el arte sacro puede ser cristiano? Cristiana es la sala como cristiana es la capilla. Y esto no sólo por el efecto de las imágenes y símbolos religiosos que allí se encuentran, sino también por el ambiente que allí se respira...

Leer artículo

La Catedral de San Marcos “¡Esto es Iglesia Católica! ¡Oh Iglesia Católica!” Es de noche en Venecia. En la Plaza de San Marcos la ola de turistas está ausente, las palomas están durmiendo, la catedral se presenta en su majestuosa soledad, espléndidamente iluminada, dejando percibir el blanco reluciente del mármol,...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino