Reproducimos aquí extractos del testamento del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, redactados el 10 de enero de 1978, en la ciudad de São Paulo:
“Declaro que viví y espero morir en la Santa Fe Católica, Apostólica y Romana, a la cual adhiero con todas las fuerzas de mi alma. No encuentro palabras suficientes para agradecer a Nuestra Señora el favor de haber vivido desde mis primeros días, y de morir, como espero, en la Santa Iglesia, a la cual consagré, consagro y espero consagrar hasta el último aliento, absolutamente todo mi amor. De tal manera que todas las personas, instituciones y doctrinas que amé durante mi vida y actualmente amo, sólo las amé o amo porque eran o son según la Santa Iglesia. Igualmente, jamás combatí instituciones, personas o doctrinas, sino y en la medida en que eran opuestas a la Santa Iglesia Católica. Agradezco de la misma forma a Nuestra Señora —siéndome imposible encontrar palabras suficientes para hacerlo— la gracia de haber leído y difundido el «Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen», de San Luis María Grignion de Montfort, y de haberme consagrado a Ella como esclavo perpetuo. Nuestra Señora fue siempre la luz de mi vida, y de su clemencia espero que sea Ella mi luz y mi auxilio hasta el último momento de mi existencia”. Más adelante, refiriéndose a los miembros de las TFPs, agrega: “Son tales los vínculos de alma que tengo con cada uno que me es imposible mencionar aquí especialmente a alguno para expresarle mi afecto. Pido a la Santísima Virgen que bendiga a todos y a cada uno. Después de la muerte, espero rezar por todos junto a Ella, ayudándolos así de modo mucho más eficaz que en la vida terrena. A los que me dieron motivos de queja, los perdono con toda mi alma... En cualquier caso, pido entrañablemente de rodillas, a todos y cada uno, que sean sumamente devotos de Nuestra Señora durante toda la vida”.
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La incomparable Fe de la Virgen María |
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